La conciencia de clase es necesaria, pero la conciencia de género es urgente.
Por: Sonia Liliana Vivas Piñeros*
Entonces, al compañero revolucionario lo queremos y nos gusta en la calle, pero no nos gusta en la casa. Porque, en la calle, cuestiona al patrón y, en la casa, se vuelven un patrón. Entonces, ahí entendimos la violencia que vivíamos, la explotación.