El club de los bloqueados
Por: Jonás Vergara.
La cuenta de Twitter del senador y expresidente Álvaro Uribe da de qué hablar por los bloqueos realizados a figuras políticas colombianas.
En una salida a medios, el negociador del Acuerdo de Paz, Humberto De La Calle informó de la acción del senador en la popular red social.
Lo que pasaría como una anécdota más en el panorama político, terminó siendo un movimiento viral en el que otros opositores al senador reportaron, a través de pantallazos, los bloqueos del senador.
Algunos, en tono de broma como el Ministro para el Postconflicto, Rafael Pardo; otros en tono de denuncia, como el del exdirector del DAS, Ramiro Bejarano, y algunos más que oscilaban entre la ironía y cierta dignidad por “merecer la atención” de semejante figura.
Sin embargo, esto no quedó en anécdota. Al momento, el antiguo director de Twitter Colombia y “empresario digital”, Diego Santos, hizo un clip sobre el tema que divulgó a través de su arroba.
Mientras que De La Calle buscó réditos políticos al utilizar su bloqueo como ejemplo para su campaña en Twitter: #PlanNacionalDeLaValeriana.
Y para finalizar el humorista Daniel Samper Ospina promueve #UribeMeBloqueoPorQue y #UribeBloqueeAMatador Y el senador, ahí. Inmutable.
Mirar la trama
Las redes sociales aportan un porcentaje significativo en la percepción que la opinión tiene de las figuras públicas.
En especial Twitter, que ganó relevancia como un espacio de conversación y tendencias. Sin embargo, en política existe la percepción de que aún no incide en la elección o en el voto.
Eso no exime que las figuras de peso tengan su arroba y la utilicen como portavoz digital de sus ideas.
Pese a no representar de manera mensurable los votos, gobiernos y partidos prestan atención a esta red social, dado que actúa como un barómetro de la incidencia de sus acciones en un sector representativo de la comunidad. Aquella conectada a las TIC, aquella que está por fuera de los canales informativos tradicionales…Aquella que moviliza nichos virtuales y físicos.
Viralidad es respaldo
Twitter no vota pero moviliza opinión, que hoy por hoy es más importante que las papeletas.
Lo sabe el senador, dueño de la agenda noticiosa cada vez que emite un trino; lo ha aprendido el gobierno que ha construido una relación estrecha con las redes sociales en el lapso de dos periodos; lo usan los medios, que han ahorrado un paso en la gestión de la información.
Estamos en camino de definiciones políticas: legislativas y presidencial a menos de un año a la fecha. Lo que sea viral en Twitter incidirá en las percepciones de los votantes.
El campo de batalla
Así que las redes sociales serán el lugar en que opositores y partidarios se batirán en los próximos meses. Sumado a lo anterior, todo el cargamento de las noticias falsas pujará por modificar hábitos en la manera de ver la imagen pública de los candidatos. Habrá análisis pero será arrollado por la reacción de cada protagonista, escudado en su equipo de comunicaciones que estará con ojos y oídos sumido en la red. Es una limitación de la tecnología que, en vez de liberarnos, nos ha permitido fortalecer prejuicios. Nada de Aldea global, primero y último nuestro clan.
El momentum
Mientras una cruzada de opinión viral bombardea la arroba del senador, asistimos a un espectáculo derivado de la anécdota: la indignación carnavalesca por el derecho de éste a bloquear o silenciar a quien quiera.
Prestemos atención: el senador, envestido en su figura paternal, tuitea una felicitación a James, sigue atacando a Gobierno, Acuerdo de Paz y ejerciendo una oposición, cuya gran mayoría está en zonas rurales y no tiene smartphone…ésa que escucha en salones comunales y ejercen la viralidad tradicional: el boca a boca.
Así que, paradoja, mientras hacemos mofa, el senador habla, mueve masas y sigue construyendo su estrategia con miras a volver, en cuerpo ajeno, al poder en 2018.
¿Ven?…no es un chiste.
*Opiniones personales que no comprometen ni representan la entidad a la que pertenezco.