Seguiremos luchando por el trabajo decente y el derecho de huelga.
Por: Yezid García Abello, Concejal de Bogotá por la Alianza Verde.
La lucha por formalizar el empleo, conseguir condiciones óptimas para tener “trabajo decente”, disfrutar de derechos laborales básicos que dignifican la labor productiva y garantizar la vigencia de libertades y derechos sindicales como el de organización sindical y huelga, son tareas eminentemente democráticas en un mundo en el cual el gran capital ha pretendido imponer su orden neoliberal para aplastar y derrotar a los trabajadores.
Recientemente se celebró la 104 Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo OIT en Ginebra, Suiza. Reunió delegados de todo el mundo que representan a los trabajadores, Estados o gobiernos y a los empresarios. Por Colombia la delegación de los trabajadores estuvo conformada Luis Alejandro Pedraza, Fabio Arias, Julio Roberto Gómez, Miriam Luz Triana, Luis Morantes y Rosa Flórez, presidentes y secretarios generales de las centrales CUT, CGT y CTC, respectivamente; y otros importantes delegados y asesores.
La delegación colombiana a través de sus voceros sindicales presentó una serie de ponencias e iniciativas, denunciando las violaciones que los trabajadores colombianos sufren a manos de un régimen neoliberal perseguidor de los derechos de los trabajadores, entre ellos el derecho a la organización sindical. Además solicitó – una vez más – la sanción al gobierno colombiano en los siguientes escenarios internacionales: 1. Incluir a Colombia en la lista de países llamados por la Comisión de Normas; 2. La NO ratificación del Tratado de Libre Comercio suscrito entre la Unión Europea y el gobierno colombiano; 3. Oposición a la inclusión de Colombia en la OCDE, por cuanto los requisitos para ser recibida constituyen un ataque frontal contra los derechos de los trabajadores y de los ciudadanos en general.
El informe denominado “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2015”, elaborado por la OIT con ocasión de este evento, muestra que en los países de los cuales se dispone de datos (que abarcan 84 por ciento de la población activa del mundo), tres cuartas partes de los trabajadores están empleados con contratos temporales o a corto plazo. “El modelo de empleo tradicional es cada vez menos representativo del trabajo: sólo una cuarta parte de los trabajadores del mundo tiene una relación de empleo estable, es decir, de tiempo completo, con contrato y un salario dependiente de un empleador”, revela ese estudio.
El documento indica que más de 60% de los trabajadores carece de cualquier tipo de contrato; la mayoría están empleados por cuenta propia o como trabajadores familiares auxiliares en el mundo en desarrollo. Sin embargo, aún entre los asalariados, sólo 42% tiene contrato permanente. La primera edición de “El empleo en plena mutación” (http://bit.ly/1JFhjfV) muestra que si bien el trabajo remunerado y asalariado aumenta, aún representa sólo la mitad del empleo mundial.
Es importante entender que la ofensiva del gran capital contra los trabajadores y sus derechos laborales, hace parte de un proceso de transformación profunda de los procesos productivos, iniciada en la década de los años 70s del siglo pasado en Japón, que se denominó la “reestructuración post-fordista”, que se implementó apoyándose en los grandes avances tecnológicos en cibernética y computación, que le permitió al gran capital separar los procesos productivos en favor de la súper-explotación de los trabajadores, centralizar los montajes más tecnificados y automatizados, descentralizar y deslocalizar las actividades de manufactura que requieren mayor cantidad de mano de obra hacia regiones en donde se violan los derechos laborales o se pagan bajos salarios, e impulsar una serie de reformas legales que se denominaron más tarde la “desregulación laboral”.
Así fue como aparecieron en el mundo – Colombia incluido –, una serie de formas de contratación que atacaron la esencia del contrato indefinido, la estabilidad laboral y la posibilidad de realizar la negociación colectiva. Los contratos temporales, a destajo, la intermediación de los contratos utilizando inicialmente agencias de empleo y más tarde las denominadas Cooperativas de Trabajo Asociado, los contratos de prestación de servicios, y posteriormente la promoción del llamado “emprendimiento” con la creación de millones de micro-empresas (PYMES) en donde los trabajadores más calificados cuentan con mínimos medios de producción para producir bienes y servicios, pero están totalmente subordinados, programados y explotados por poderosos consorcios y conglomerados capitalistas transnacionales.
De esa manera los grandes centros productivos y factorías que eran el escenario principal de la organización de los trabajadores fueron desmantelados, las fuerzas laboriosas fueron dispersadas en múltiples pequeñas empresas, en donde se utilizan muchas figuras empresariales y legales para reducir totalmente la posibilidad de asociación y organización sindical con el arma del despido o “la no renovación del contrato”, en caso de que el trabajador decida afiliarse a un sindicato y/o reclamar sus derechos.
Este es un proceso iniciado hace 45 años, y que llegó a su punto más alto, en el caso de Colombia, con todas las reformas estructurales de carácter neoliberal a partir de los años 90’s (apertura económica e internacionalización de la economía), le ha permitido al gran capital no sólo obtener inmensas ganancias con la sobre-explotación del trabajo sino reducir el trabajo formal (“decente”) al mínimo en muchas regiones y países del mundo, destruir sistemáticamente a grandes organizaciones sindicales, disminuir el número de afiliados sindicales y oficializar todo ese proceso con reformas en la legislación laboral, legalizando de forma cínica la política de la “tercerización laboral” (leyes 50, 100, 142 y 789)
Todo este proceso de transformación de la vida laboral está acompañado por el incremento del desempleo, la informalización de todas las relaciones laborales y de la vida misma, el subempleo y la aparición de múltiples expresiones de economías paralelas, ilegales, “informales”, que les permiten a las empresas transnacionales y al capital financiero obtener pingües ganancias en gran cantidad de “actividades de rebusque” (vendedores ambulantes, vendedores de minutos de teléfono móvil, moto-taxistas, etc.) sin que tengan ninguna obligación con esos millones de trabajadores.
Es indudable que los trabajadores están en una situación de desventaja ante esa ofensiva del gran capital. El movimiento sindical ha realizado todos los esfuerzos para impedir la profundización de estos fenómenos que afectan la vida de cientos de millones de personas en todo el mundo. Es posible que se requiera un cambio sustancial en las estrategias de organización que deberán ser fruto del estudio, la investigación y el debate entre sus dirigentes, que tendremos que fortalecer y acompañar hacia el futuro.
Nuestra actividad en el Distrito Capital
Como parte de nuestra actividad en el Concejo Distrital propuse y se aprobó la incorporación de la política pública distrital de trabajo decente - art. 19 Plan de Desarrollo 2012-2016 Bogotá Humana- (Ver Plan de Desarrollo). También hemos acompañado la lucha de los trabajadores por la formalización del empleo, la dignificación del trabajo y la defensa de los derechos de los trabajadores, no sólo de los empleados de la administración distrital sino de otros sectores privados. No es una tarea fácil, hay que saber combinar el interés general de la población, los ciudadanos y contribuyentes, y los intereses de los trabajadores.
Podemos afirmar que la administración de la Bogotá Humana ha respondido positivamente a las demandas de los trabajadores y empleados, organizados o no, en sindicatos y asociaciones. Ha estado dispuesta a concertar acuerdos que benefician la estabilidad laboral y las condiciones de trabajo, aunque – indudablemente – los avances son limitados en un área que es compleja y difícil.
Una de los aspectos que hay que destacar es el impacto que tiene la defensa de lo público, o sea, el fortalecimiento de las instituciones estatales y empresas distritales. Se destaca la modernización de la empresa de telecomunicaciones, ETB, la capitalización de la Empresa de Energía de Bogotá, EEB y la retoma de funciones por parte de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá. Igualmente se ha realizado una importante gestión administrativa en áreas como la salud, la educación, y los servicios públicos (aseo, agua, energía, comunicaciones), impidiendo o enfrentando los procesos de privatización, lo que genera condiciones para garantizar la vinculación de trabajadores en condiciones de “dignificación” y formalización del empleo. En esa dinámica se está en el proceso de legalizar la vinculación bajo formas de “trabajo decente” de 2700 trabajadores en la empresa “Aguas de Bogotá” y de 1344 trabajadores en la Empresa de Acueducto de Bogotá.
Además, la administración capitalina se ha caracterizado en este período por aprobar un aumento salarial de todos los trabajadores y empleados superior en 0,5% a lo que ha decretado el gobierno nacional para los empleados públicos; sin detrimento de lo que los trabajadores organizados de las empresas del Distrito puedan obtener en sus respectivas negociaciones.
Pese a los avances de la formalización laboral en Bogotá, persiste la tercerización, los contratos administrativos o civiles, las cooperativas de trabajado asociado, las órdenes de prestación de servicios y otras múltiples formas de burlar el contrato laboral, que son problemas que tendremos que abordar en el próximo período de gobierno en alianza con las organizaciones de los trabajadores distritales y de todo el país.
Seguiremos luchando al lado de los trabajadores por fortalecer el “trabajo decente” y por defender el derecho de huelga, principal herramienta de lucha, ya que sabemos que en la 104 Conferencia de la OIT no se obtuvo mayor avance ante la alianza que hicieron los gobiernos y los empresarios que desde el año 2012 han venido insistiendo en que el Convenio 87 de la OIT sobre la libertad sindical no garantiza que los trabajadores tengan derecho a hacer huelga.
E-mail: yezgara@yahoo.es / Twitter: @yezidgarciaa