Se armó el todos contra Petro

Por: JAIME VARGAS RAMÍREZ
febrero 9 de 2018

Una vez las encuestas dieron el primer lugar al candidato Gustavo Petro, cundió el miedo en la élite política y económica de Colombia. Hemos visto, oído, y leído a políticos, periodistas, columnistas, empresarios y sacerdotes brincar contra la posibilidad de que Gustavo Petro gane la presidencia de la República. Hasta el Moir, a través de los micrófonos de Blu Radio, bota fuego contra el candidato progresista.

Causa verdadera repugnancia que un subalterno de Jorge Robledo, a su vez empleado del Grupo Santo Domingo (dueños de Blu Radio), emule con recalcitrantes posiciones de derecha en el ataque a Petro. El comentarista de marras quien, con verdadera acritud y amargura, se refiere al candidato progresista, pareciera no haber superado la derrota que Petro le infringió cuando fue candidato del Polo a la alcaldía de Bogotá en el año 2011. O bien, hace parte de su trabajo en la mencionada emisora, aparentar ser de izquierda para cobrar con la derecha. Sin la menor duda, el Moir ya no se expresa a través de Tribuna Roja, ahora lo hace por Tribuna Blu. La política es dinámica, sentenció “Juanpa”.

Gustavo Petro está recogiendo la indignación nacional expresada en las distintas movilizaciones, protestas y paros que ha vivido el país en estos últimos años. La gente humilde y sobre todo la juventud, percibe que Petro puede ser el verdadero cambio en la política colombiana. Paradójicamente es Petro quien interpreta mejor la consigna de Robledo de “no mas de lo mismo con las mismas”. Antonio Navarro y Claudia López, autores intelectuales de la junta Robledo - Fajardo, en busca de un outsider en estas elecciones, menospreciaron a Petro, y éste, sin partidos, sin medios, sin plata, se les creció. Incluso Petro goza de gran simpatía en las bases tanto del Polo como de los Verdes y cuenta con cauda propia.

A Petro, amplios sectores lo perciben como el candidato que no tiene trato con caciques ni gamonales, por lo que en muchas partes se organizan grupos de apoyo a su campaña en forma espontánea. Más que Fajardo, Petro representa la anticorrupción, sobre todo por las denuncias que hizo sobre el carrusel de la contratación en Bogotá, y su pelea contra los dueños de Transmilenio y empresas de aseo de la capital durante su administración.

En términos organizativos prefiere los nodos y grupos de personas unidas por una causa, como ambientalistas, animalistas, defensores de derechos humanos, habitantes de calle, unidos bajo una lógica de horizontalidad, concepto que lo aparta del de partido único y del centralismo democrático, tan en boga en la izquierda colombiana.

Su propuesta a favor del medio ambiente resulta más creíble que la del resto de los candidatos, su apuesta por energías limpias para acabar con la dependencia del petróleo y del carbón, como la de prohibir el fracking, ha calado entre los más jóvenes.

Su renovado discurso para trascender la derrota que sufrimos con el neoliberalismo, plantea una decidida defensa de lo público, de las minorías, de los animales, del agua, y el cambio del modelo económico basado en el extractivismo , por uno basado en el desarrollo de la agroindustria, energías limpias, saberes y redes (software libre, internet, cooperativismo, asociaciones y alianzas), convierten a este político en un candidato con muchas posibilidades de ganar la presidencia de Colombia este año y en actor de primera línea en la lucha política a desarrollarse en los diez o quince años venideros.

Votaré por Gustavo Petro en la consulta del 11 de marzo y en la primera vuelta, convencido que así contribuyo con la renovación de la política tradicional, tanto de izquierda como de derecha. El “toconpetro” que ha emergido puede frenarlo en el 2018, pero me atrevo a decir que para el 2022, será a otro precio.

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