El rol de la educación superior en la crisis del coronavirus y el urgente apoyo estatal.

Por Ubaldo Enrique Meza Ricardo(1)

La economía del siglo XXI se desarrolla bajo el impulso incesante de los avances científicos, tecnológicos, de innovación, y en este aspecto la educación superior juega un papel fundamental en la formación de los conocimientos y habilidades requeridos para atender con éxito los desafíos que la industria 4.0, el internet de las cosas, la biotecnología, la inteligencia artificial, el big data, la robotización imponen sobre la competitividad de las diversas economías. Es indispensable también para enfrentar los retos del cambio climático, la desigualdad, la pobreza, la marginación, el desempleo, las migraciones, los derechos humanos, la paz y la democracia. El mundo académico comparte, por tanto, lo planteado por el Foro Económico Mundial, que señala la necesidad de la educación para brindar a las personas la posibilidad de aprovechar esta ola de cambios y dotarlos de las competencias requeridas para los nuevos empleos del siglo XXI(2)

En la coyuntura planetaria que enfrentamos por cuenta del COVID-19, las universidades colombianas vienen asumiendo un papel protagónico aportando soluciones desde sus funciones misionales, en especial desde la investigación a través de innovaciones traducidas en soluciones tecnológicas. Tal es el caso de los respiradores artificiales que hoy escasean por la alta demanda y cuya producción en el país no sólo se traduce en menores costos, sino en salvar miles de vidas. Las universidades, como baluartes de la nación, están poniendo a disposición todas sus capacidades y recursos al servicio de la sociedad para enfrentar con éxito este enorme desafío global, lo cual reafirma su pertinencia y compromiso social y humanista, al responder con creces lo que la sociedad actualmente espera de ellas

Aun con los aportes de las universidades a la nación, esta emergencia ha planteado un escenario de riesgo para la educación superior, reflejada en los recientes llamados de directivos universitarios al gobierno Nacional para que tome las medidas necesarias destinadas a evitar la profundización de la crisis educativa del país. Así lo indica la carta firmada por los rectores de diez universidades acreditadas, en la cual le plantean al Presidente Iván Duque que “estamos ante el riesgo de una alta deserción o reducción sustancial de la matrícula universitaria, que podría llegar a ser superior al 50%, la consecuente cesación de miles y miles de docentes y personal administrativo, e incluso la desventura de la inviabilidad de algunas universidades, lo que implicaría un retroceso de muchos años y la pérdida de logros mayúsculos en la construcción del capital social, científico e intelectual del país”(3).

A la petición de los rectores se suma el llamado de organizaciones estudiantiles y congresistas de diferentes partidos de oposición, quienes han solicitado al presidente, entre otras medidas, girar, como mínimo, un billón de pesos adicionales al Ministerio de Educación Nacional para que las IES públicas puedan atender la emergencia; la condonación de cuotas e intereses hasta diciembre del 2020 para todos los deudores del Icetex; y subsidiar el 100% de las matrículas de IES a estudiantes que se encuentren identificados, clasificados y seleccionados en los niveles 1, 2 y 3 del SISBEN(4).

El gobierno Nacional debe atender las solicitudes y propuestas a los problemas de la educación superior, a los que se suman los de la actual coyuntura producida por el COVID-19, constituyéndose en un obstáculo para el desarrollo y la competitividad del país. El crecimiento en la deserción estudiantil será una de las consecuencias evidentes de la crisis y profundizará la tendencia que ya se viene presentando, expresada en un decrecimiento en las matriculaciones de pregrado, al pasar de 2.280.327 matriculados en 2017 a 2.234.962 en 2018(5). Y aunque el gobierno anunció medidas al respecto, éstas apuntan más hacia la generación de créditos de largo plazo a estudiantes de universidades públicas, vía Icetex, que a ayudar a las IES con aportes adicionales del Estado. Es decir, no habrá más recursos, decisión que no ha caído bien en la comunidad universitaria.

La emergencia pandémica ha descubierto los rezagos y brechas en conectividad virtual, constituyéndose en una barrera para el acceso de los colombianos a este tipo de educación, como lo refleja el último censo nacional del año 2018, cuyos datos muestran que sólo el 43% de los hogares colombianos tienen internet. Es decir, aproximadamente 7 millones de hogares y al menos 15 millones de personas no gozan de este recurso, lo cual se traduce en la poca probabilidad de que niños y jóvenes de estas familias puedan acceder a la educación virtual. Para empeorar las cosas, la velocidad de descarga promedio de internet fijo en el segmento residencial en Colombia se ubicó en 10,8 Mbps, muy por debajo de países como Uruguay (29,67 Mbps), Cuba (28,35 Mbps), México (26,57 Mbps), República Dominicana (25,48 Mbps), Honduras (24,63 Mbps), Argentina (23,48 Mbps) y Brasil (23,36 Mbps). Además, en territorios como Vichada, Guainía, Amazonas y San Andrés la velocidad de descarga es entre 1,0 y 1,6 Mbps, por lo que entrar a páginas pesadas o videos de alta calidad en esas zonas es muy lento al cargar(6). Con esos rezagos en velocidad y capacidad de descarga se dificulta mucho que los estudiantes puedan acceder a plataformas para adelantar sus procesos formativos.

Esta crisis también ha evidenciado la necesidad de aumentar la inversión estatal en ciencia, tecnología e innovación, la cual sigue siendo muy pobre, al situarse por debajo del 1% del PIB, mientras que el promedio de la OCDE está alrededor del 4%. La meta propuesta por el gobierno Duque en el Plan Nacional de Desarrollo es llegar sólo al 1,5% del PIB, cifra retrasada en más de una década, ya que la fija con base en el Plan Nacional Decenal de Educación (PNDE) 2006 – 2016, el cual propuso que, en el 2016, la inversión en ciencia, tecnología, investigación, innovación y emprendimiento debe llegar al 1.5% del PIB(7). Esto significa que los responsables de la política de CTI en el país aún no tienen claro que “si Colombia quiere ser un país que genere conocimiento, tecnología e innovación son necesarias altas inversiones en el marco de una política en CTI a largo plazo con acciones y resultados concretos que permitan crecimiento y desarrollo productivo en el país”(8).

Sin embargo, a pesar de este adverso escenario y del inminente peligro que tienen de agravar su actual situación, las universidades colombianas vienen cumpliendo su compromiso con el país. Es por ello que hoy, más que nunca, se requiere diseñar una política pública de educación superior construida por los actores del sistema, abierta hacia la sociedad en general, porque se trata de un asunto estratégico, de Estado y no únicamente del gobierno de turno, ni del sector.

Por tal razón, en el tercer PNDE 2016 – 2026,(9) se propusieron, dentro de los diez desafíos estratégicos, uno relacionado con la construcción de un sistema educativo articulado, participativo, descentralizado y con mecanismos eficaces de concertación (segundo desafío); otro sobre la importancia otorgada por el Estado a la educación, que se medirá según su participación del gasto educativo en el PIB y en el presupuesto del Gobierno para tal fin en todos sus niveles administrativos (noveno desafío); el décimo desafío, más orientado a fomentar la investigación a fin de llevar la generación de conocimiento a todos los niveles de la educación relacionados directamente con la educación superior y la investigación. El sexto desafío estratégico, de “impulsar el uso pertinente, pedagógico y generalizado de las nuevas y diversas tecnologías para apoyar la enseñanza, la construcción, el aprendizaje, la investigación y la innovación, fortaleciendo el desarrollo para la vida”, es muy apropiado para el momento.

Finalmente, en cuanto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre ellos, la meta 4.3 del ODS 4, cuyo propósito será, “Para 2030, asegurar el acceso en condiciones de igualdad para todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria”(10), el Estado colombiano debe adelantar todos los esfuerzos de política pública que garanticen honrar los compromisos adquiridos para su realización.

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1) Ex rector, Docente y Economista de la Universidad del Atlántico. Miembro de la Comisión Gestora Nacional del PNDE2016-2026. Presidente del Congreso Iberoamericano y Nacional por una Educación de Calidad. Director de la Revista Reflexión e Investigación. Expresidente de la Comisión de Seguimiento del PNDE2006-2016. Doctor en Ciencias de la Educación. Magister en Dirección Universitaria.

2) Foro Económico Mundial. La educación superior del siglo XXI necesita reinventarse. Recuperado de: https://es.weforum.org/agenda/2018/04/la-educacion-superior-del-siglo-x…

3) Rectores de universidades privadas acreditadas temen deserción superior al 50%. Recuperado de: https://www.universidad.edu.co/rectores-de-universidades-privadas-acred…

4) Por pandemia, oposición pide al gobierno Duque varios billones para ed. Superior. Publicado en el Observatorio de la Universidad Colombiana. Recuperado de: https://www.universidad.edu.co/por-pandemia-oposicion-pide-a-gobierno-d…

5) Presidencia de la República. Sistema Nacional de Información en Juventud y Adolescencia en Colombia. Tasa de Cobertura en Educación Superior. Recuperado de: http://obs.colombiajoven.gov.co/Observatorio/Observatorio.aspx?rpt=dnmp…

6) La República. Conozca los departamentos con mejor y peor velocidad de descarga en internet de Colombia
sábado, 25 de enero de 2020. Publicado el 25 de enero de 2020. Recuperado de: https://www.larepublica.co/internet-economy/conozca-los-departamentos-c…

7) Plan Nacional Decenal de Educación 2006 – 2016: Pacto por la Educación. Recuperado de: http://www.plandecenal.edu.co/cms/media/herramientas/pnde_2006_2016_com…

8) Clara Inés Pardo Martínez. El reto de invertir en ciencia, tecnología e innovación en Colombia. En: Portafolio, 18 de mayo de 2019. Recuperado de: https://www.portafolio.co/economia/el-reto-de-invertir-en-ciencia-tecno…

9) Plan Nacional Decenal de Educación 2016 – 2026: El camino hacia la calidad y la equidad. Recuperado de: http://www.plandecenal.edu.co/cms/media/herramientas/PNDE%20FINAL_ISBN%…

10) UNESCO. Educación Superior y Objetivos de Desarrollo Sostenible. Recuperado de: https://es.unesco.org/themes/educacion-superior/ods

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