¡Basta! ¡No más improvisación! ¡No más atropellos contra los trabajadores!
Por: Carlos Andrés Echeverry
Tanto el gobierno de Iván Duque, como el partido que lo respalda, vienen difundiendo por diferentes medios que las razones que motivan al paro nacional del 21 de noviembre son “fake news” y, para reforzar esa tesis, no han dudado en sostener que no se ha presentado ningún proyecto de ley orientado a reformar el sistema pensional y laboral.
Llama la atención que el uribismo condiciona la protesta social a la presentación de un proyecto de ley. Para ellos, el descontento ciudadano solo se justifica si hay en trámite alguna iniciativa legislativa tendiente a menoscabar los derechos laborales; las intenciones de reforma u otras actuaciones cuestionadas que no requieren de trámite legislativo, deben ser excusadas y obviadas por la sociedad, tal como “todos” los que apoyamos el paro nacional supuestamente hicimos con el gobierno de Santos; en otras palabras, el principio uribista reza que si se fue permisivo con otros gobiernos, también debería ocurrir lo mismo con el suyo, una especie de “derecho al desgobierno sin oposición”.
Ahora bien, frente a la tesis que sostiene la inexistencia de un proyecto de reforma pensional, debemos hacer un breve repaso. El pasado 20 de agosto, el representante a la Cámara por Antioquia, Jhon Jairo Berrío López (Centro Democrático) presentó el proyecto de ley No. 175 de 2019 (publicado en la Gaceta del Congreso No. 771 del 22 de agosto de 2019) que buscaba eliminar el régimen de prima media para universalizar el régimen de ahorro individual por solidaridad (RAIS); aunque la propuesta luego fue retirada, se advertía la intención del partido de gobierno en respaldar un proyecto de reforma pensional que apuntara a la eliminación del régimen de prima media. Personalmente, no me queda duda que una iniciativa de esa naturaleza no la presenta un congresista del Centro Democrático sin el aval del líder natural de ese partido, pues las implicaciones sociales y políticas que de esta surgen no son de poca monta. La estrategia claramente consistía en presentar ese proyecto de ley para mirar la respuesta de la sociedad y así medir las fuerzas políticas para luego tramitar la reforma por iniciativa del gobierno.
Por otra parte, en entrevista del 21 de octubre publicada en el periódico El Tiempo, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, ante la pregunta de Yamid Amat de si se eliminaría el régimen de prima media en la reforma preparada por el Gobierno, respondió que “El régimen de prima media no puede ser algo que desligue lo que se ahorra con lo que se recibe”, evidenciando la intención de eliminarlo para convertir a Colpensiones en una entidad que opere bajo el régimen de ahorro individual, sistema que exige que las personas tengan un monto mínimo ahorrado aproximado de 213 millones en su cuenta individual para obtener una pensión equivalente a un salario mínimo, a diferencia del de prima media que pensiona a las personas con una cifra que oscila entre el 65% y el 80% del ingreso base de liquidación.
Luego de esa entrevista, no vimos al presidente desmintiendo a su ministro de Hacienda con la excusa que hoy ventila a cuatro vientos, de que una iniciativa de ese calibre debe pasar primero por la “Mesa de Concertación Laboral”. Ese silencio de Iván Duque, luego de las declaraciones de Carrasquilla, fue diciente en el sentido de compartir esa postura que claramente afecta las expectativas de los colombianos de obtener una pensión digna para la vejez.
Frente a la reforma laboral, hemos visto que en redes se ha compartido fotografías del texto del proyecto de ley presentado al Senado, el pasado primero de octubre, por parte del senador Álvaro Uribe el cual busca, entre otras cosas, legalizar la contratación por horas cuando se trate de jóvenes entre los 18 y 28 años y de mujeres mayores de 57 años u hombres mayores de 62. Esta iniciativa no solo afecta principios como la estabilidad y seguridad laboral, también desmejora los ingresos del trabajador y sepulta los contratos a término fijo e indefinido, situación especialmente lesiva para los jóvenes que quieran insertarse al mundo laboral. Adicionalmente, el proyecto apareja una modificación implícita al sistema pensional, porque se deberá trabajar más tiempo para cumplir el requisito de semanas cotizadas al sistema, es decir, las personas que sean contratadas por horas se pensionarán a una edad superior a los 57 años si son mujeres, o 62 años si son hombres, pues al laborar por horas se reduce el número de semanas cotizadas por mes, que actualmente está en 4.29 semanas, requiriendo trabajar más años para suplir ese faltante.
Finalmente, otras razones como los tropiezos en materia de relaciones internacionales, las altas cifras de desempleo, la política de destrucción de los Acuerdos de Paz, el resurgimiento de grupos armados ilegales, la búsqueda de autorización para la fumigación aérea con glifosato, la intención de encubrir los hechos que rodearon a crímenes como el de Dimar Torres o el del niño Samuel David, el nombramiento de personas sin experiencia en ciertos cargos estatales, el propósito (frustrado por denuncias de la oposición) de favorecer a los bancos con 1.2 billones por el escándalo de corrupción en la Ruta del Sol II, la criminalización de la protesta social, las directrices de la fuerza pública denunciadas por el New York Times para aumentar ‘positivos’ y, especialmente, la falta de entereza de Iván Duque para lamentar el asesinato de 18 menores de edad por parte de la fuerza pública, me motivan a marchar este 21 de noviembre para decir: ¡Basta! ¡No más improvisación! ¡No más atropellos contra los trabajadores!