¿Arde Estados Unidos?

Hechos inconcebibles están sucediendo en Estados Unidos. Después del asesinato a sangre fría del negro George Floyd, ese país pareciera haber iniciado un lento pero inatajable proceso de erupción.

Portland ‒ciudad de tamaño intermedio, localizada al noroccidente del país, en el estado de Oregón‒ lleva casi dos meses de continuas protestas iniciadas a raíz del suceso que despertó a esa nación sobre las horrorosas tradiciones segregacionistas que aun hoy perviven.

A las crecientes manifestaciones populares la respuesta ha sido de apaciguamiento por parte de las autoridades civiles, en particular en aquellos sitios (estados o ciudades) donde los gobernantes son de origen demócrata, pero de mano dura en aquellos donde los gobiernos son de mayoría republicana.

Portland tiene un gobierno local demócrata, lo que se convirtió en el punto de partida de otro hecho insólito en la tradición de ese país: El presidente Trump, sin autorización de las autoridades de Portland, ordenó desplegar tropas del ejército en la ciudad para contener a los manifestantes. Es un hecho raro en la historia de ese país, vale la pena reiterarlo, que ahora empieza a expandirse por otras varias ciudades.

Por supuesto, las autoridades de Portland, al igual que sus pobladores, expresaron por escrito su más tajante rechazo a este comportamiento, al que han tildado de dictatorial, lo que recuerda el lenguaje común en otras latitudes, no en el país que se dice el faro de la democracia del mundo.

Pero hay más sucesos extraordinarios. La tropa militar que se está desplegando en ocasiones no lleva identificación alguna (ni grado militar ni el apellido, como es norma en el ejército regular de cualquier país) sino que al mejor estilo de las fuerzas paramilitares de América Latina son irreconocibles, además por usar lentes oscuros y tapabocas. Es de “no te lo puedo creer” si no fuera porque la web está saturada de fotos y grabaciones para comprobarlo.

Otro hecho por resaltar, este sí inscrito en la más rancia tradición de ese país, es la campaña de desprestigio que el gobierno de Trump ha acentuado contra los reclamantes. En ausencia de un efecto directo del calificativo de castrista (que sí pega en algunas partes de Florida) se recurre al de marxistas y comunistas, y al referirse a los manifestantes Trump dice que son "Antifa y la izquierda radical", en un intento por enlodar el nombre del movimiento, dado que “antifa” es el acrónimo del movimiento antifascista en Estados Unidos.

Hay otro fenómeno que tiene en alerta a la población de Portland y del país. No es un dato de película la existencia de desapariciones en ese país, llevadas a cabo por miembros del ejército o de las agencias de inteligencia, que en medio de las protestas arrastran a uno o dos manifestantes de los que no se vuelve a saber. Las denuncias sobre estos hechos en los choques contra la guerra de Vietnam fueron tan fuertes que el gobierno no se dejó pillar por mucho tiempo en este comportamiento francamente fascista. Pues bien, de nuevo en la web se encuentran crecientes quejas, acompañadas de videos o fotos, sobre personas que fueron subidas a carros sin placas y de las que no se vuelve a saber.

Arde Estados Unidos.

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