Editorial, enero 10 de 2015

Cuando transcurría la primera semana de 2015 y el mundo apenas despertaba del letargo de fin de año, sobrevino el ataque criminal de los dos hermanos fundamentalistas islámicos al semanario satírico francés Charlie Hebdo, seguido de la toma al otro día de un supermercado judío. Esta secuencia de hechos acabó con la vida de diecisiete personas, incluidos los caricaturistas principales de la publicación. Se trata de hechos bárbaros y criminales, que conmocionaron y movilizaron a Francia y han sido repudiados por el mundo entero. Su condena debe hacerse sin atenuantes.