El conectivismo digital como alternativa para enseñar en la virtualidad

Por: Hernán Augusto Tena Cortés

La práctica pedagógica está marcada por un toque diferencial de la autoría de cada profesor. En teoría los enfoques más frecuentes en el aula podrían ser el conductismo, el cognitivismo y el constructivismo. En el primero es posible que el aprendizaje ocurra a través de la observación de cambios en la conducta; en el segundo puede suceder mediante transformaciones discretas entre los estados del conocimiento; y en el tercero por medio de significados a partir de la experiencia.

Cada una de estas teorías se desarrolló sin el impacto de las nuevas tecnologías y con el fin de transformar la vida en el aula; sin embargo, en los últimos veinte años la humanidad ha sido partícipe de una metamorfosis en la forma de vivir, comunicarse y aprender. En el transcurso de las últimas décadas diferentes teóricos, entre ellos George Siemens, se han pronunciado sobre la sociedad digital y la importancia de incluirla en la práctica pedagógica, obteniendo resultados positivos pero no los esperados.

En el año 2020 llega ante todo pronóstico y después de un siglo una nueva pandemia denominada covid-19 ha transformar de manera categórica el estilo de vida de la mayoría de personas. Gobiernos de diferentes países instauran medidas de aislamiento social y congelan sectores económicos con el objeto de disminuir la frecuencia de contagios y evitar colapsos en los sistemas de salud. Colegios y escuelas del mundo cierran sus puertas y migran sus clases a entornos virtuales haciendo transición de un sistema con aulas hacinadas a una plataforma con usuarios ilimitados.

Reflexiones a favor y en contra de las medidas no se hicieron esperar. Sentimientos encontrados, mensajes de aliento, consultas a especialistas por cuadros de estrés y comunicados de padres de familia por falta de recursos, fueron algunas de las constantes en tiempos de pandemia. Algunos profesionales de la educación despertaron frustración por no lograr éxito en esta modalidad, pues muchos creyeron estar preparados por tener ciertas destrezas con el ordenador, sin embargo, no contaron con aquel dicho que reza: “educación virtual, no es trasladar contenidos presenciales a la red” y así es preciso preguntar ¿qué se sabe sobre el conectivismo digital como alternativa para enseñar en la virtualidad?

Según Driscoll (2000) el aprendizaje es “un cambio persistente en el desempeño humano o en el desempeño potencial... [el cual] debe producirse como resultado de la experiencia del aprendiz y su interacción con el mundo” (p.11). A esta definición se le pueden agregar cambios que se han presentado en la forma de aprender, pues hoy muchas personas se desempeñan áreas diferentes, el aprendizaje informal ha ganado adeptos, mientras que la educación formal los ha perdido y la tecnología o las herramientas que se utilizan están alterando el cerebro.

Hoy el mundo está interconectado. Algunos afirman que la sociedad actual pasó de la era industrial a la de la información. Modelos de negocio basados en redes han ganado popularidad, inclusive las redes de mercadeo o mal llamadas “multiniveles” se han reproducido como hormigas. Cada día hay más redes sociales, el comercio electrónico y la gratuidad no dejan de crecer, todo está cambiando, menos la forma de llevar la educación a los niños, jóvenes y universitarios.

Cabe entonces reflexionar alrededor de los ajustes que se deben implementar al sistema o a las teorías de aprendizaje cuando la tecnología realiza muchas operaciones cognitivas que antes realizaban los estudiantes. Para ello se debe tener claridad frente a las características que deben tener los actores que intervienen hoy en la práctica y cómo esta última se puede transformar.

El aprendizaje es un proceso de conectar nodos de información y puede residir en dispositivos no humanos. El conectivismo por su parte contempla el conocimiento que reside en una base de datos y lo transfiere a las personas y su punto de partida es el individuo. Hasta este punto, es fácil establecer una conexión entre aprendizaje y conectivismo, pero entonces ¿qué es conectivismo digital?

Según George Siemens, autor de dicha teoría, las conexiones y la forma en la que fluye la información dan como resultado el conocimiento y el conectivismo presenta un modelo de aprendizaje que reconoce los movimientos tectónicos en la sociedad donde el aprendizaje ya no es una actividad interna e individualista. En otras palabras, aquí el aprendizaje se produce a través de las conexiones dentro de las redes, trasladando la esencia del conductismo, constructivismo y cognitivismo a los medios digitales.

Para que lo anterior sea posible es importante mencionar que los roles de los actores también se han transformado, pues en la virtualidad el aprendizaje es el resultado de un proceso en el que el alumno construye su propio conocimiento. La principal diferencia con la presencialidad es el cambio de medio, así que no se puede hacer lo mismo en medios distintos, inclusive si el fin es educativo en ambos casos. Por consiguiente, es importante reflexionar en que los modelos virtuales no tendrán éxito si se basan en replicar los presenciales.

La virtualidad, un modelo centrado en el estudiante

Un estudiante que opta por educarse de manera virtual con frecuencia lo hace por falta de tiempo o porque simplemente tiene un estilo de vida que le impide la asistencia presencial al sistema educativo. El modelo debe adaptarse al estudiante y no a la inversa, de manera que la institución o el docente que ofrezca educación bajo esta modalidad está en la obligación de diseñar los programas o planear las clases de acuerdo a las necesidades de los educandos y con base en la asincronía, pues esto último va a garantizar mayor cobertura y respuesta a las necesidades formativas de muchas personas. No se trata de que los estudiantes lleguen a la educación, sino de que esta llegue a las puertas de sus casas.

La Universidad Oberta de Catalunya es pionera en la implementación de internet para la formación. Ellos en el año 1995 realizaron una prueba piloto con sólo 200 estudiantes. Actualmente cuentan con más de 15.000 matrículas y con unos estándares de calidad superiores a la media. Su modelo centrado en el estudiante se basa en cuatro pilares así: flexibilidad, cooperación, personalización e interactividad. A continuación se pretende describir cada uno de estos y se sugiere la implementación y adaptación de los mismos a su práctica de enseñanza virtual.

1. Flexibilidad: este pilar da respuesta a la adaptación de las necesidades de un estudiante diverso, pues las personas necesitan un sistema que pueda adaptarse a su realidad personal y familiar. En teoría permite flexibilidad en el modelo de evaluación, en el plan de trabajo de cada asignatura y en el acceso a las fuentes de información. Todo está pensado para unos estudiantes que necesitan que el sistema se adapte a sus necesidades y no al revés.
2. Cooperación: en la virtualidad, al igual que en la presencialidad existe la convivencia entre orientaciones, didácticas y pares académicos. Los estudiantes no están solos en su proceso de aprendizaje, de manera que es posible cooperar realizando trabajos en equipo que posiblemente insten a un aprendizaje significativo. Se recomienda la asignación de roles para la optimización del tiempo y del trabajo.
3. Personalización: este pilar facilita el trato individual de las necesidades de cada estudiante. A través de la individualización, el aprendiz sentirá que se le está dando el lugar que merece como actor principal del proceso y su filtro de motivación se elevará facilitando mejores resultados y mayor crecimiento personal. Se recomienda la evaluación progresiva y el diseño de material personalizado.
4. Interactividad: así como el ambiente en el aula de clase es protagónico para el aprendizaje significativo, el entorno virtual lo es en ambientes no presenciales. Se recomienda la utilización de herramientas animadas y asincrónicas que logran simular el salón de clases tanto para el docente como para el discente.

Un modelo virtual centrado en el estudiante favorece su aprendizaje y permite que la tecnología sea utilizada como medio pero no como fin. Esto garantizará que el estudiante siga percibiendo la necesidad de contar con un apoyo tutorial pero al mismo tiempo, que valore la flexibilidad que el modelo presencial por su esencia no facilita. El docente sigue siendo protagonista del proceso, pero su rol cambia y el material de enseñanza que utilice, debe permitir la interacción y la construcción colectiva del conocimiento. Por último, se recomienda incluir una planeación que promueva la asincronía, la transversalidad y la globalidad.

La educación independientemente de su modalidad cuenta con cuatro actores importantes, el estudiante, el profesor, los recursos y la interacción. A través de los años las prácticas han cambiado, reformas educativas han obligado a incluir o excluir contenidos, generaciones de personas han transformado la forma y el desarrollo ha causado el mismo impacto en las herramientas; sin embargo, estos cuatro actores han permanecido per se. La inmersión tecnológica ha hecho colusión en la educación y hoy es común preguntarse ¿cuál es el perfil que un estudiante o docente necesita para ser amigo de la educación virtual?

El docente debe ser:

• Facilitador del aprendizaje: pasa de ser la fuente de información o de dirigir el aprendizaje a facilitar las herramientas necesarias para que el estudiante lo construya. Aquí es muy importante ser selectivos con la información y la delimitación de la misma para evitar esa común y nociva posverdad que hoy se toma las redes sociales.
• Más colaborador que solitario: las posibilidades de consultar información en la red y de interactuar con colegas de otros centros pasaron de ser de difícil acceso a estar al alcance de un clic. De manera que hoy se recomienda la interacción que promueva un trabajo colaborativo entre pares.
• Promotor de la participación: a través de foros de discusión, wikis, blogs, redes sociales y demás herramientas de interacción, el docente debe promover la participación y la construcción colectiva de conocimiento.
• Consciente de que ya no tiene la posesión del conocimiento: los estudiantes que hoy ingresan al sistema podrían ser iguales de competentes o incluso más que sus profesores con las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Asimismo, muchos tienen más facilidades de acceso a la información y por tanto, la posesión del conocimiento ya la tiene una red que está al alcance de todos. En ese sentido la experiencia para la interpretación del mismo hoy gana más protagonismo que la posesión en el rol del docente.
• Hábil para organizar la información: las clases ya no son bidireccionales; es decir, ya no van del docente al estudiante y en sentido contrario. De manera que el profesorado debe contar con las habilidades para diseñar un material organizado y explícito que le permita al estudiante derivar conocimiento y realizar el producto requerido sin explicación adicional por parte del tutor.
• De mente abierta: el mundo del internet cada día trae nuevas herramientas y nuevas formas de trabajo que permiten transformar para bien la práctica educativa. Por lo tanto, la frase que Julián de Zubiría replica en una de sus charlas hoy cobra más importancia: “ya basta de estudiantes del siglo XXI, profesores del siglo XX y metodologías del siglo XIX.”

El estudiante debe ser:

• Protagonista del proceso: construye su propio conocimiento con base en las herramientas facilitadas por el dinamizador o profesor.
• Conocedor del proceso en línea: entiende las estrategias comunicativas, la capacidad para interpretar, analizar, construir y difundir conocimiento.
• Técnico: maneja las tecnologías, lee en pantalla, usa nuevos medios para obtener información y comunicar de forma eficaz.
• Autónomo: es activo en su aprendizaje sin esperar que el docente decida por él.
• Comunicador: comunica su conocimiento logrando los resultados esperados. Envía mensajes concisos y claros, participa en debates respondiendo de forma convincente, clara y constructiva frente a la interacción virtual con pares y tutores.
• Administrador de contenidos: asimila y clasifica la información de forma eficaz.
• Responsable por el aprendizaje: se hace cargo de su propio aprendizaje y es autoregulado. Define sus objetivos, identifica los problemas significativos y desarrolla estrategias para superarlos y evaluar su proceso.
• Motivado por el aprendizaje: encuentra pasión y motivación por el aprendizaje, eso permitirá resolver problemas y entender ideas y conceptos.

Así se puede concluir que el elemento clave en el cambio de la modalidad es lo que se enseña y cómo se transmite. Pues hoy los contenidos y las relaciones comunicativas para desarrollar el proceso de aprendizaje están en una red al alcance de un clic. El conectivismo digital como alternativa para enseñar en la virtualidad presenta herramientas contemporáneas que satisfacen los diferentes estilos de aprendizaje, la asincronía para disminuir las brechas de cobertura, la dinamización del cómo en la práctica educativa y sobre todo, elimina las fronteras y lleva el conocimiento a la mesa del comedor o al espacio que usted decida para navegar.

Referencias

Collazos, C., Guerrero , L., & Vergara, A. (2006). Aprendizaje Colaborativo: un cambio en el rol del profesor. Educación y educadores , 61-76.
Díaz Barriga, F. (2005). Principios del Diseño Instruccional de Entornos de Aprendizaje Apoyados en TIC: un marco de referencia sociocultural y situado.
Sangrà, A. (2001, 01 28). Enseñar y aprender en la virtualidad. Universidad Oberta de Catalunya , 117-131.
Siemens, G. (2004, Diciembre 12). Conectivismo: Una teoría de aprendizaje para la era digital. eLearnSpace , 1-10.
Zambrano, W y Cols. (2010). Nuevo Rol del Profesor y del Estudiante en La Educación Virtual. Revista Dialéctica. P 51 - 61.

Las opiniones de las columnas son del autor y no representan la línea editorial de Nueva Gaceta.

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