Se fortalecen las fuerzas alternativas y progresistas en Colombia.
Por: Mauricio Vargas González
Las fuerzas democráticas de la Paz y el progreso han dado un paso adelante con las victorias electorales del 27 de octubre. Claudia López en Bogotá, Jorge Iván Ospina en Cali, Carlos Caicedo en Magdalena y Daniel Quintero en Medellín representan un avance significativo y fundamental en el tránsito de Colombia al Siglo XXI entendido como:
1) La protección del medio ambiente y su caracterización como un sujeto de derechos –humedales, quebradas, reservas naturales, fauna, flora- lo que implica así mismo el tránsito hacia el transporte público sostenible: Metro en Bogotá, Tranvía de la 80 en Medellín.
2) La consolidación del proceso de Paz que deje atrás el Conflicto Armado, concebido este como una prolongación cualitativa de la violencia histórica y de la confrontación bélica para dirimir las contradicciones políticas y partidistas en el país.
3) La defensa del patrimonio público y de las empresas públicas: EPM en Medellín, ETB y en Bogotá y EMCALI en Cali.
4) La emergencia de nuevos liderazgos, menos ideologizados y más cercanos a la nueva condición ciudadana en las grandes ciudades, fenómeno que resume el filósofo Lipovietsky en la segunda revolución individualista: mayor criterio propio a la hora de elegir en base al acceso a la información e internet junto al auge de las ‘nuevas ciudadanías’.
Lo anterior sin desconocer el enorme peso que sigue jugando la configuración neoliberal de nuestras economías y los problemas que esta lleva asociados, además de un sistema político clientelista, corrupto y la desigualdad e injusticia social que sintetizan. Un voto protesta que se expresó claramente en las pasadas elecciones presidenciales con los 8 millones de votos a favor de Petro y en estas territoriales aunque con opciones menos radicales.
Hay un ascenso de los movimientos sociales en Colombia, que se pueden registrar desde el paro estudiantil contra la reforma a la ley 30, el paro agrario, los paros del magisterio y de los trabajadores, los paros indígenas en el Cauca y el reciente paro universitario. Los últimos tan fuertes que han obligado al gobierno a negociar con los manifestantes y sus organizaciones a nivel nacional. FECODE, CUT, UNEES, MINGA INDIGENA, han desempeñado una importante labor en la defensa de la educación pública, de los trabajadores, del agro y los campesinos, de las comunidades indígenas, en la defensa del patrimonio público y el bienestar de los Colombianos. Y aun cuando sea difícil cuantificarlo, puede advertirse su influencia en los triunfos de los gobiernos alternativos recientemente elegidos. Su aporte en debilitar la imagen del Presidente Duque, del Centro Democrático y de Álvaro Uribe Vélez también ha sido clave. Además del movimiento anticorrupción de la ciudadanía en general, que logró 11 millones de votos y que con su difusión y pedagogía a ayudaron a fortalecer a los alternativos.
Se vislumbraba un escalamiento vertiginoso de la inconformidad y movilización ciudadana frente al cual el gobierno se quedaba corto, hasta cuando llegaron los atentados del ELN en la Escuela de Cadetes de Policía General Santander y el regreso de Santrich y Marquez a la lucha armada y la combinación de las todas las formas de lucha, reagrupándose bajo FARC-EP Disidencias, que vinieron a re-oxigenar y re-vigorizar las fuerzas retardatarias y a sus máximos dirigentes. Posterior a los cuales, se registra un recrudecimiento de la represión, el uso de la Policía y los tasers en Cundinamarca, mayor brutalidad del ESMAD en Bogotá y el uso del Ejército y los fusiles en la Universidad del Atlántico para reprimir estudiantes. Esto sin duda debilitó las opciones alternativas en especial las opciones más marcadamente de izquierda ante la opinión pública.
Especial relevancia cobraron los universitarios en la movilización social, la consulta anticorrupción y en las recientes elecciones. Una de las banderas sobresalientes en esta coyuntura a sido precisamente la educación, un anhelo generalizado de la población al ver en ella la esperanza de la movilidad social, para progresar y mejorar su nivel de vida. Una juventud dotada de nuevas sensibilidades y gestora de diversos movimientos e iniciativas a nivel nacional como Paz a la Calle en el caso de Daniel Duque o Alex Florez, líder estudiantil y miembro negociador en la Mesa Nacional de Educación con el Gobierno, ambos logrando curul al Concejo de Medellín.
La emergencia de la sociedad del conocimiento o de la sociedad en red exige nuevas miradas y soluciones para las problemáticas actuales, como es el tema de la Cuarta Revolución Industrial, inquietudes que fueron recogidas por Gustavo Petro en las presidenciales con las energías limpias y en Medellín por Daniel Quintero quien tuvo como uno de sus principales ejes de su campaña convertir a Medellín en un Valle del Software para combatir el desempleo de la ciudad. Elementos que posicionaron al sector universitario y al Alma Mater en un papel protagónico en la pasada controversia pública y electoral.
Otro de los aspectos fundamentales que se evidenciaron en estas elecciones fue el de las comunicaciones. Frente a esto Manuel Castells sostiene que el Poder hoy en día descansa en la capacidad de construcción de significado colectivo mediante los discursos, que esta construcción discursiva debe llevar a la legitimidad, lo que implica un consentimiento, una simpatía y una complicidad con lo que se comunica y con quien lo comunica. Y que para poder comunicar algo, debido a las formaciones cognoscitivas de los sujetos, el mensaje solo es eficaz si el receptor está dispuesto a recibirlo, si se puede identificar al mensajero y si este es de fiar.
De las misma manera recogiendo el concepto de hiperealidad, aunque sin caer en posmodernismos relativistas, si nos permiten auscultar que hoy en día las redes sociales juegan un papel fundamental en la vida de las masas y que muchas de sus decisiones son mediadas por esta vía, en especial el consumo de mercancías pero también, en gran medida, de las opciones electorales. Frente a esto es de resaltar que la segunda votación al Concejo de Bucaramanga por el líder universitario Wilson Danovis Lozano Jaimes fue lograda sin imprimir propaganda física y usando únicamente redes sociales.
Conclusiones:
1) Pierde Uribe y pierde el Gobierno Nacional cuantitativamente al reducirse sus votaciones en Alcaldías y Gobernaciones y cualitativamente al emerger nuevos liderazgos en las principales ciudades que están por la Paz.
2) Avanzan las fuerzas alternativas moderadas en Colombia.
3) Los movimientos sociales jugaron un papel importante en la conquista de estos gobiernos alternativos.