Un nuevo informe de la CEPR muestra que la OEA "tergiversó datos y pruebas" en su informe final de auditoría para justificar las acusaciones de fraude electoral en Bolivia

Washington, DC - Un nuevo e importante estudio del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) examina las fallas del "Informe Final" de la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre los resultados de las elecciones de octubre en Bolivia y muestra que los autores de ese informe tergiversaron los datos y las pruebas en un aparente intento de apoyar las anteriores afirmaciones de la OEA sobre manipulación intencional por parte de las antiguas autoridades electorales de Bolivia. El documento del CEPR sigue a un reciente y muy publicitado análisis estadístico de los resultados de las elecciones de Bolivia realizado por Jack Williams y John Curiel, dos investigadores a los que el CEPR había encargado y que trabajan con el Laboratorio de Datos y Ciencias Electorales del MIT.

La OEA ha criticado el análisis anterior del CEPR, así como el de Williams y Curiel, por descuidar ciertos aspectos de las elecciones bolivianas, como las hojas de recuento de votos defectuosas y la presencia de "servidores ocultos" utilizados en el procesamiento de los resultados de las elecciones. El nuevo documento de 82 páginas del CEPR, "Observando a los Observadores", del investigador asociado Jake Johnston y el economista David Rosnick, examina estos y otros factores en detalle, proporcionando una amplia refutación al Informe Final de la OEA, y encontrando que "no proporciona ninguna evidencia de que esas irregularidades hayan alterado el resultado de las elecciones, o hayan sido parte de un intento real de hacerlo".

"Es evidente que el Informe Final de la OEA, que la organización ha pregonado como la última palabra sobre lo que ocurrió en las elecciones de Bolivia, no ofrece las pruebas necesarias para demostrar que hubo fraude y que éste afectó a los resultados de las elecciones", dijo Jake Johnston. "Más bien parece que pretende justificar las acusaciones precipitadas y en última instancia indefendibles, pero muy perjudiciales, que la OEA ha hecho repetidamente, a partir del día después de las elecciones".

Después de que la OEA ayudara a perpetuar una falsa narrativa de fraude, el gobierno de facto de Bolivia ha utilizado el Informe Final para justificar la destitución del Presidente Morales, su consolidación antidemocrática del poder y su persecución de los ex funcionarios del gobierno. Decenas de ex funcionarios electorales están actualmente detenidos en espera de juicio por su presunta participación en el fraude electoral.

El estudio del CEPR concluye que el Informe Final de la OEA: Está basado en análisis estadísticos defectuosos y supuestos incorrectos; entierra u oculta por completo los resultados de sus ejercicios de verificación a pesar de que son altamente relevantes; no presenta ninguna evidencia que apunte a la manipulación de los resultados electorales; no presenta ninguna información que indique que los problemas con el TREP (conteo preliminar), reales o supuestos, comprometieron el Cómputo (conteo oficial) o que el Cómputo fue alterado fraudulentamente; no proporciona claridad en torno al paro del TREP y, como resultado, perpetúa una falsa narrativa de fraude. El estudio del CEPR señala: "El Informe Final presenta información contradictoria en relación con el TREP. Afirma que no había ninguna razón técnicamente válida para detener el TREP, pero luego incluye más de una docena de conclusiones relacionadas con problemas técnicos del TREP que surgieron antes de la paralización".

Aunque el Informe Final de la OEA identifica la paralización del TREP como un acto de "manipulación intencional", no señala que Ethical Hacking, la empresa de auditoría cuyo análisis figura en el Informe Final de la OEA, envió una "alerta máxima" a la autoridad electoral justo antes de que se tomara la decisión de detener el TREP. Además, durante el paro, la empresa de auditoría investigó el servidor "no autorizado" objeto de la alerta y determinó que no se había alterado o manipulado ningún dato. Estos hechos básicos no se mencionan en el Informe Final de la OEA.

El estudio del CEPR advierte: "Una organización multilateral que es llamada a resolver una disputa electoral debe ser honesta, imparcial y creíble. Este estudio muestra que la OEA no fue ninguna de ellas en el caso de la crisis electoral boliviana de 2019. La conducta poco ética de la OEA en Bolivia ha tenido consecuencias profundamente inquietantes".

"Las acciones de la OEA en Bolivia son sólo el último ejemplo de una organización que, bajo el liderazgo del Secretario General Luis Almagro, ha renunciado a toda pretensión de neutralidad", dijo Johnston. Almagro espera asegurar su reelección en la organización multilateral en una votación del 20 de marzo.

"La OEA continúa haciendo afirmaciones totalmente contrarias tanto a los datos puestos a disposición del público en tiempo real durante los conteos rápidos y oficiales como a su propia presentación de los datos", dijo David Rosnick. "Después de muchas preguntas razonables de los estadísticos, el Informe Final confirma que la OEA no tenía base para su afirmación del 21 de octubre de que había algo extraño e inexplicable en el conteo preliminar que mostraba a Morales con una victoria en la primera ronda. En lugar de un argumento razonado, la OEA eligió, decepcionantemente, participar en ataques ad hominem".

En diciembre, el Consejo Permanente de la OEA impidió que el CEPR presentara sus conclusiones junto con las de la OEA, como había solicitado el representante del gobierno mexicano ante el organismo.

"Esperemos que los terceros acojan este informe con la curiosidad intelectual y el rigor académico que merece, así como el propio informe final de la OEA", añadió Johnston.

Para su inmediata liberación: 10 de marzo de 2020
Contacto: Dan Beeton, 202-239-1460, beeton@cepr.net

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