UN PARO NACIONAL PARA EL SIGLO XXI

Por: Mauricio Vargas González
Las fuerzas alternativas avanzaron en la conquista del gobierno local de las principales ciudades del país, que son el 70% de los electores.(1) El país está cambiando, hay un electorado más libre, más joven y más informado, más conectado y con mayor iniciativa ciudadana. Temas como la defensa de lo público, del medio ambiente, la educación y de la justicia social cobran especial relevancia gracias a que el país dejó atrás el tema de la violencia y el terror, consecuencia de la firma del Acuerdo de Paz. Así mismo la movilización gracias a este nuevo clima político que cobra mayores bríos, hay una gran oportunidad para avanzar en esta ruta emulando a Chile y Ecuador con movilización masiva, pacífica y civilista para lograr reformas que beneficien al pueblo, en especial a los más humildes, pero sobre todo, para sentar una posición patriótica y soberana: No queremos seguir profundizando en el actual modelo neoliberal y antinacional como pretende el Gobierno Nacional.
Del otro lado están las fuerzas de los privilegios tradicionales, los grandes propietarios rurales y la burguesía intermediaria, ambos agentes del modelo neoliberal, que se profundiza con el nuevo paquetazo del Gobierno de Duque y el Centro Democrático:
La reforma laboral que pretende el Gobierno de Duque implantará el salario del 75% a los jóvenes, legalizará la informalidad laboral, eliminando el trabajo decente y las garantías establecidas por Código Sustantivo del Trabajo: salario mínimo digno, seguridad social, contratos a término fijo o indefinido, indemnizaciones por despido y los derechos de asociación y negociación sindical, que en Colombia apenas es del 6%(1)
Profundizar en la precarización es un camino seguro al malestar social, teniendo en cuenta que de los 22 millones de personas ocupadas, 14 están excluidas de la seguridad social, con una informalidad de 65% de personas excluidas de afiliación a salud, pensión, y riesgos laborales y 47% de ocupados sin contrato laboral.(2)