Deforestación, bosques y selvas.

Por: John Alejandro Pulgarín Franco.

Mientras usted estimado lector dedica cinco minutos para leer este artículo, el mundo pierde bosques que equivalen a 50 estadios de fútbol por minuto. Un estudio hecho por científicos de la Universidad de Maryland con base a fotografías satelitales reveló que entre el año 2000 y 2012 se perdieron 2,3 millones de km2 por factores causales como la deforestación, incendios, fenómenos naturales y plagas; aunque se identificaron 800.000 km2 de bosques nuevos; la pérdida de bosques equivale a un total de 1,5 millones de km2. (Léase artículo en: http://www.yadvindermalhi.org/uploads/1/8/7/6/18767612/hansen_science-2013.pdf) (Véase los mapas en: http://earthenginepartners.appspot.com/science-2013-global-forest). Evidenciándose que en Sudamérica se dan las mayores tasas de pérdidas de bosques.

Colombia no es ajena a la problemática, los bosques andinos, subandinos y selvas colombianas ofrecen servicios ecosistémicos como la generación de oxígeno, captadores de CO2, previenen la erosión y actúan almacenando y filtrando el agua, entre muchos de los servicios que ofrece el agua. El Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono para Colombia a cargo del Ideam, detectó que durante el año 2013 se deforestaron 120.933 hectáreas (equivalente al 66% del departamento del Quindío) de bosque natural, presentándose una fragmentación de los relictos boscosos en especial en la región de la Amazonía con un 57% y en la región Andina con un 22%. Es primera vez que en Colombia se presenta un informe sobre la tasa anual de deforestación.

El panorama sigue siendo bastante desalentador, si bien en el año 2013 se amplió de 1,2 millones de hectáreas a 3 millones de hectáreas el Parque Nacional del Chibiriquete, el esfuerzo del gobierno queda relegado por causa de su propia locomotora minera, la expansión de monocultivos de palma de aceite y caña para agrocombustibles, pino y eucalipto para cartón y papel, deforestación para ampliar la frontera agrícola y promover la ganadería extensiva, lista incompleta de las causas de la destrucción de los biodiversos bosques del país.

Aquí cabe hacer una salvedad, respecto al concepto de bosque, ya que la economía capitalista ha buscado extender el concepto de bosque a plantaciones industriales, tanto así que para la ONU no se hace “diferencia entre un bosque tropical primario y un monocultivo industrial de árboles” . Por tanto el llamado que debe hacérsele al presidente Santos y su ambiciosa meta de detener la deforestación en el marco de la iniciativa Global 20-20 (restaurar 20 millones de hectáreas para el año 2020), es conservar y proteger los bosques nativos, garantizar a los campesinos que habitan zonas de importancia ecológica una retribución económica o pago por la conservación y protección de los bosques. Es necesaria una política más seria para los bosques y selvas, fortalecer la institucionalidad para que pueda proteger los servicios ecosistémicos y zonas de reserva que actuarían como una medida de choque ante el cambio climático ya que amortiguarían los efectos del invierno y las sequías extremas.

Recientemente el presidente Santos llevó al príncipe Carlos de Inglaterra al Parque Nacional Natural de La Macarena y el Chibiriquete. Es claro que nadie va a mostrar el patio trasero de su casa, donde hay minería, pobreza, violencia y contaminación; donde no hay Estado, salud y educación. Sería bueno que su visitante supiera de dónde se extrae el oro o esmeraldas para las joyas de la realeza o la madera fina para sus muebles ¿O tal vez el príncipe lo sabrá? El compromiso debe ser real y no quedarse en palabras o intenciones. Los bosques y selvas colombianas proveen agua, oxígeno, equilibrio climático y alimentación, condiciones esenciales para garantizar la calidad de vida y el buen vivir de la población. La deforestación es condenar a las futuras generaciones a vivir sin agua y oxígeno puros, y es también es un problema de seguridad nacional. Ya decía Martín Luther King “Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”.

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