Hegemonía y contra-hegemonía: diálogo geopolítico en el umbral del tiempo actual∗*

Por: Mateo Villamil Valencia**
Resumen
Objectivo: describir la naturaleza del momento político global e identificar las estrategias desplegadas en el último decalustro y aquellas utilizadas en la actualidad en la carrera constante por la identificación, la organización de las mayorías sociales y la disputa del poder. Además, se busca explicar las características de la lucha política actual y considerar las implicaciones geopolíticas de la decadencia de la hegemonía estadounidense y el potencial contra-hegemónico de China. Metodología: el estudio implicó métodos cualitativos como el explicativo, el histórico-crítico y el interpretativo: rastreo histórico de procesos, análisis de coyuntura, contexto y cambio social, arqueología contemporánea de prácticas políticas colombianas y globales y observación e interpretación del discurso nacional e internacional. Para ello, se hizo búsqueda, organización y análisis de documentos académicos e investigativos sobre el campo de estudio y consulta de fuentes secundarias. También se identificaron autores, áreas de estudio, categorías, publicaciones y tendencias acerca del problema de investigación. Resultados: el análisis de la literatura disponible y la contrastación de las teorías políticas en liza muestran la existencia de un impasse económico y político de carácter epocal. Conclusiones: China, y su singular posicionamiento de clase, puede ofrecer respuestas a dicho impasse y tener mensajes de importancia universal.
Palabras-clave: Hegemonía; Geopolítica; Geografía política; Capitalismo; China; Estados Unidos.
* Este artículo hace parte del capítulo “Diálogo geopolítico en el umbral de nuestro tiempo” de la investigación titulada Colombia en el umbral de nuestro tiempo. Política y cultura en la era populista, entre agosto del 2015 y noviembre del 2018, enmarcada en la línea de teoría y cultura política de la Maestría en Estudios Políticos de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín.
** Magíster Estudios Políticos. Sociólogo. Colaborador Honorífico, Universidad Complutense de Madrid.
Adjunct Lecturer, Universidad de Caldas, Manizales, Colombia. Correo: mateovillamilvalencia@gmail.com
Introducción
A punto de comenzar la tercera década del siglo XXI, Colombia se encuentra ante una transformación económica, política y cultural global. Todo indica que parte de una inflexión en el orden mundial vigente y apunta hacia una re- configuración del poder a escala humana. La decadencia de Estados Unidos, los titubeos de la Unión Europea y sus difíciles retos, junto al ascenso vertiginoso de China, tienen tanto causas como implicaciones cruciales para la comprensión del escenario al que se enfrenta Colombia en la era de la información y la comunicación digital.
Para entender lo anterior, la investigación de la que hace parte este artículo utilizó una serie de métodos cualitativos que permitieron localizar e identificar los factores que intervienen en la disposición de la situación actual y prever la tendencia global en términos económicos y, sobre todo, político-filosóficos. Así, la búsqueda, organización y análisis de documentos académicos (autores, áreas de estudio y categorías) y publicaciones periodísticas, a través de una aproxima- ción hermenéutica, histórico-crítica e interpretativa (rastreo de procesos, con- textos y cambios sociales, análisis de medios, y análisis del discurso), permitió llevar a cabo una lectura amplia y elaborar una interpretación rigurosa de la co- yuntura política de una parte esencial de la sociedad global. La labor investigativa arrojó una contextualización pormenorizada de la situación de Colombia en la encrucijada epocal, de alcance civilizatorio, en la que se encuentra la humanidad. Para empezar, es importante resaltar que Colombia parece encontrarse, como en otras épocas de su historia, en un impasse político/filosófico que puede resolverse de dos maneras: una es la forma tradicional, esto es, reforzando las –profundamente desiguales– estructuras y dinámicas de poder vigentes a través de la absorción del descontento y su desarticulación del bloque hegemónico. Y la otra, instituir un nuevo sentido común generalizado que funcione a manera de caldo de cultivo para las transformaciones sociales, que un país ubicado en el núcleo de uno de los polos geopolíticos protagonistas del futuro debe emprender, si quiere alejarse de la amenaza constante del colapso social.