El populismo y el olvido de Héctor Abad

Por: JAIME VARGAS RAMÍREZ
Febrero 26 de 2018
Populismo es una palabra que en la actualidad se emplea de forma peyorativa, para descalificar o insultar a un oponente político. En Colombia se puso de moda en esta campaña a la presidencia y, en general, se está utilizando contra Gustavo Petro desde diversas orillas. Cada cual tiene su versión de la popular palabra; unos quieren indicar demagogia, otros lo asemejan a irresponsabilidad en las propuestas y, en cierta forma, el término está remplazando viejos insultos y descalificaciones utilizados en la historia política en Colombia, como comunista, izquierdista, marxista. Incluso sirve para generalizar o englobar, tanto el “castro-chavismo”, como el “socialismo del siglo 21”. En general, los medios de comunicación, políticos y empresarios, asocian la palabra con algo negativo.
Pero la ambigüedad del término es tal, que líderes latinoamericanos como como Getulio Vargas en Brasil, Juan Domingo Perón en Argentina, Lázaro Cárdenas en México o Juan Jacobo Árbenz en Guatemala, han sido catalogados de populistas. Y más recientemente, los gobernantes de izquierda democrática como Evo Morales, Chávez, Correa, los Kirchner, Lula, también se ganaron el mote en cuestión.
En Roma, en el período de la República, algunos líderes que se opusieron a la tradicional aristocracia y que pugnaban por mejor distribución de la tierra y por una mayor participación democrática, fueron tildados de populistas y combatidos por los optimates, representantes de la nobleza. En la Rusia de las décadas de 1860 y 1870 se conoció el movimiento de los Naródniki, populistas, quienes pregonaban un socialismo agrario sin la dirección de los obreros.