ANDANTE 8

Programa emitido en 1994 con motivo del aniversario 20 de desaparición del escritor. La voz elocuente de Holguín cobró toda calidez y logró efecto alucinante, con la lectura del poema SOL:

    “Mi amigo el sol bajó a la aldea / a repartir su alegría entre todos, / bajó a la aldea y en todas las casas / entró y alegró los rostros.// Avivó las miradas de los hombres / y prendió sonrisas en sus labios, / y las mujeres enhebraban hilos de luz en sus dedos / y los niños decían palabras doradas.// El sol se fue a los campos / y los árboles rebrillaban y uno a uno / se rumoraban su alegría recóndita. / Y eran de oro las aves. // Un joven labrador miró el azul del cielo / y lo sintió caer entre su pecho. / El sol, mi amigo, vino sin tardanza / y principió a ayudar al labriego.// Habían pasado los nublados días, / y el sol se puso a laborar el trigo. / Y el bosque era sonoro. Y en la atmósfera / palpitaba la luz como abeja de ritmo. // El sol se fue sin esperar adioses / y todos sabían que volvería a ayudarlos, / a repartir su calor y su alegría / y a poner mano fuerte en el trabajo. // Todos sabían que comerían el pan bueno / del sol, y beberían el sol en el jugo / de las frutas rojas, y reirían el sol generoso, / y que el sol ardería en sus venas. // Y pensaron: el sol es nuestro, nuestro sol, / nuestro padre, nuestro compañero / que viene a nosotros como un simple obrero. / Y se durmieron con un sol en sus sueños. // Si yo cantara mi país un día, / mi amigo el sol vendría a ayudarme / con el viento dorado de los días inmensos / y el antiguo rumor de los árboles. // Pero ahora el sol está muy lejos, lejos de mi silencio y de mi mano, / el sol está en la aldea y alegra las espigas / y trabaja hombro a hombro con los hombres del campo. ///”

Nuestro escritor es AURELIO ARTURO. Desconocido para muchos lectores e incluso para miembros de algunos círculos literarios en formación (en 1994). Dado el impacto de la impecable lectura y la ignorancia sobre su creador, visita a la Biblioteca Departamental Eduardo Torres Quintero del hoy extinto Instituto de Cultura y Bellas Artes de Boyacá “ICBA”. Allí, su obra, editada por Colcultura: un magnífico pequeño libro titulado Morada al sur y otros poemas. Disfrute de su lectura y relectura. Y se decide dedicarle la siguiente entrega de la revista El Colibrí libador de la palabra.

¿Por qué la ignorancia sobre su vida y obra? ¿Qué factores o condiciones propician y permiten el acercamiento a través de su poética a la persona y a los países de Aurelio Arturo? Este artículo pretende dar puntadas para develar estos enigmas.

La calidad de escucha está determinada por las condiciones materiales y subjetivas del momento histórico. Lo mejor de su
obra poética, dada a conocer a Rafael Maya en 1930, por entonces era imposible gozar y asimilar con plenitud. Incluso hoy, para algunos, el acceder al jardín de su creación sigue siendo imposible. Diríamos que cada época trae consigo nuevas formas de leer e interpretar la obra de arte (parafraseando a William Ospina –W.O.-). Y hay artistas cuyo vigor, resonancia y universalidad, se evidencian al parecer tardíamente o cuando son necesarios.

Identificación por el “Exilio interior” (título de un ensayo de W.O.) propio de los desarraigados. Orfandad múltiple causada por distintas pérdidas: la infancia, el primer amor, la tierra, el paisaje bucólico, los seres reales e imaginarios de los bosques tropicales y de las fuentes de agua.

    “Un largo, un oscuro salón, tal vez la infancia. / Leíamos los tres y escuchábamos el rumor de la vida, / en la noche tibia, destrenzada, en la noche / con brisas del bosque. Y el grande, oscuro piano, / llenaba de ángeles de música toda la vieja casa.” (Fragmento de Canción del ayer).

    “En el umbral gastado persiste un viento fiel, / repitiendo una sílaba que brilla por instantes. / Una hoja fina aún lleva su delgada frescura / de un extremo a otro extremo del año. / ´Torna, torna a esta tierra donde es dulce la vida´”. (Fragmento de Morada al Sur).

“Una hoja fina aún lleva su delgada frescura /…”, quizá sean mucha hojas, quizá ellas seamos cada uno de los que permitimos ser impelidos por el efecto evocador de “Los vientos que cantaron por los países de Colombia”.

Arturo Neira Gómez *

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Imágenes:

Dibujo del poeta Aurelio Arturo realizado por el artista plástico Eduardo Ramírez Villamizar (Pamplona, 1923 – Bogotá, 2004), y carátulas del libro Morada al Sur y otros poemas, editado por la Editorial Oveja Negra en 1986 y el Grupo Editorial Norma en 1992.

* Bogotá, 1950. Artículo publicado en la edición Nº 3 del periódico El Unidor de Bogotá en 2006 y en su libro En la Noche: Desarraigo, Calandayma y otros textos, Colibrí Ediciones 2014, páginas 77 a 82.

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