¡Es un escándalo que las mujeres ganen menos que los hombres!

Por: Yezid García, Concejal de la Alianza Verde.

Así lo afirmó en días pasados el Papa Francisco en un apasionado llamado a poner fin a la brecha salarial entre hombres y mujeres. Y tiene toda la razón. Es completamente ilógico e injusto que las mujeres sean discriminadas de esa forma después de estar luchando por más de un siglo por la igualdad de derechos.

Y es que las cifras en el mundo son en verdad escandalosas. Aprovechando la ocasión del Día internacional de la Mujer, un estudio realizado por la Eurostat y la Organización Internacional del Trabajo1 demostró que en la mayoría de países persisten diferencias históricas importantes respecto de los salarios y las funciones entre géneros.

Los hombres ganan hasta 25% más que las mujeres y en algunos casos hay discriminación para ejecutar ciertas labores, como las asociadas a la minería u otros oficios. Además, los salarios por hora de las mujeres son, en promedio, 16% inferior a los de los hombres. Estos ingresos más bajos, entre otros motivos, repercuten sobre los derechos de pensión futuros y provocan que más mujeres que hombres sufran pobreza tras la jubilación.

Veamos algunas cifras en el mundo. En el Reino Unido, las mujeres sufren más desempleo que los hombres y el 70% que tiene trabajo, casi la mitad a tiempo parcial, gana en promedio 9,6 % menos que sus colegas masculinos, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS). En España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 2,79 millones son mujeres que tienen sueldos más bajos que los hombres, un promedio de 26%. En Alemania según informes de la Oficina Federal Estadística (Destatis), la remuneración de las mujeres está, en promedio, 23% por debajo de la de los hombres.

En Italia, según informaciones y estudios del Instituto Nacional de Estadística de Italia (ISTAT), la diferencia de retribución entre hombres y mujeres es sólo de 5,3%, respecto a la media de 16,5% de la Unión Europea. Esta cifra se explica porque en Italia la proporción de mujeres que trabajan es inferior a la de otros países europeos, según expertos de la UE. Allí la cifra de desempleo femenino se sitúa en 11,9%, dos puntos por encima del paro masculino. En Portugal, según el último informe de la Comisión para la Ciudadanía y la Igualdad de Género (CIG), las mujeres ganan 82,1% del sueldo de los varones por el mismo trabajo. En cuanto a la tasa de desempleo, es casi igual entre sexos: 17,1% entre las mujeres y 16,9% entre los hombres.

En Rusia las mujeres cobran entre 20 y 30% menos que los hombres por el mismo trabajo, afirma la directora general de asociación IPSA, Marina Koroliova. El desempleo entre las mujeres es 4 décimas porcentuales menor que entre los hombres. En Grecia en 2006, un trabajador masculino ganaba 27.698 euros anuales, mientras que una mujer obtenía 19.404 euros, o sea, una diferencia de 29,94%. El desempleo afecta más a las mujeres (31,1%) que a los hombres (24%). En Israel según la Oficina Central de Estadística, el desempleo afecta a 6,8% de los hombres y un 7% de las mujeres.

En el mundo árabe la situación más grave es el desempleo. En Egipto entre julio y diciembre del 2012, el desempleo entre las mujeres alcanzó 24,7% frente 9,6% entre los hombres, según el Ministerio de Planificación y Cooperación Internacional. En Arabia Saudita el Ministerio de Trabajo impone a las empresas que haya una separación completa entre empleados y empleadas, salvo en casos excepcionales como los hospitales. La ley no permite trabajar a las mujeres en 24 profesiones al considerar que no son adecuadas por las condiciones físicas que requieren y por su peligrosidad, entre ellas, las relacionadas con la minería, los sectores del petróleo y el gas, la construcción o aquellos trabajos que requieran estar a gran altura.

En Asia la situación es variopinta para las mujeres. En el caso del Japón hay 22,3 millones de mujeres trabajadoras, lo que supone el 42,7% del total de personas empleadas en el país. El desempleo, en un país cuya tasa suele rondar el 4%, afecta menos a las mujeres que a los hombres, aunque la diferencia es de siete décimas (4,1% en el caso de las mujeres y 4,8% en el caso de los hombres).

En el caso de China, aunque la legislación prohíbe la discriminación en el trabajo, esta afecta severamente a colectivos como el de las mujeres y el de los emigrantes, que, debido a su situación de debilidad, son identificados por los empresarios como una fuerza de trabajo altamente flexible y explotable. Resulta ilustrativo un informe publicado por el Consejo de Estado chino en 2010, titulado Research Report on China’s Migrant Workers, que señala que los ingresos de las mujeres en las ciudades representan 67,3% del salario de los hombres y en las zonas rurales llegaban a 56% del salario de los hombres. Las proporciones eran en 1990 de 77,5% y 79%.

En América la situación no cambia. Según un estudio de la Casa Blanca presentado el mes de abril de 2015, en los EE.UU. el sueldo promedio de las mujeres llega sólo al 75% del sueldo de los hombres. Ellas representan el 59% de los profesionales que se gradúan cada año en la universidad. La tasa de participación femenina en el mercado laboral es del 61% lo cual es una situación positiva con respecto a casi todos los países del mundo. En un 27% de los hogares, la mujer recibe un salario superior al de su pareja.

En los países latinoamericanos la situación es similar. Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), la renta de las mujeres creció 22,3% en la última década, pero aun así, sus salarios equivalen en promedio al 73,3% de lo que reciben los hombres por realizar el mismo trabajo. La tasa de desempleo también marca diferencia de género, pues entre las mujeres es del 9,1 por ciento, casi el doble de la registrada entre los hombres, del 4,9 por ciento. En el Perú, en los últimos diez años, las mujeres han ingresado al mercado laboral con mayor fuerza y pasaron de 58,4% consideradas entre la población económicamente activa en 2001, a 65,2% en 2012.

En Bolivia las mujeres participan en el mercado laboral en 45%, pero 90% de ellas tiene empleos precarios, y más de la mitad de este grupo afronta una “precariedad extrema”, según el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario. En República Dominicana la brecha salarial es de 16,6%, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En Costa Rica, según estudios oficiales de la Encuesta Continua de Empleo, para el segundo trimestre del 2011, la tasa de ocupación para las mujeres fue de 41,5%. El desempleo abierto es también mayor en el caso de las mujeres: 13,5% frente a 8,2% para los hombres. En promedio, en el sector privado, las mujeres ganan 26% menos que los hombres en la misma función.

En Colombia, aunque las mujeres trabajan más horas y tienen una participación mayor en el mercado laboral, y además, según el DANE, cuentan con más años de formación académica que los hombres, ganan en promedio 20,2% menos que los hombres, incluso si desempeñan funciones similares. Esta es una de las brechas salariales de género más altas de América Latina cuya tasa promedio es del 17%, una región donde esta clase de inequidades son persistentes y profundas, particularmente en determinados grupos sociales.

En Colombia, aunque las mujeres trabajan más horas y tienen una participación mayor en el mercado laboral, y además, según el DANE, cuentan con más años de formación académica que los hombres, ganan en promedio 20,2% menos que los hombres, incluso si desempeñan funciones similares. Esta es una de las brechas salariales de género más altas de América Latina cuya tasa promedio es del 17%, una región donde esta clase de inequidades son persistentes y profundas, particularmente en determinados grupos sociales.

Según estudios del Grupo de Género y Desarrollo del Banco Mundial, en países como Colombia, Brasil, Guatemala, México, Perú y Uruguay, la brecha salarial entre mujeres casadas y con hijos pequeños versus otras mujeres es “especialmente grande”.

Con ocasión de la celebración del Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo planteé lo siguiente en la sesión del Concejo Distrital: “Las diferencias entre las mujeres trabajadores y los hombres es aberrante en Colombia. El desempleo en los hombres a nivel nacional es 9% mientras que para las mujeres es de 15,2%. En el caso de los jóvenes, los jóvenes en general, hombres y mujeres, tienen 10 puntos encima del total nacional de desempleo. Pero mientras el 19% de los jóvenes varones son desempleados, el 25% de las mujeres viven esa situación. La desigualdad es absurda. En la sindicalización el 73% de los sindicalizados son hombres y solo el 37% son mujeres”

Es urgente que desde la sociedad y el Estado realicemos acciones concretas para acabar con esta injusticia. Tiene razón el Papa Francisco de escandalizarse y su llamado a corregir esa situación debe ser acogido. Y en ese sentido reitero una verdad que debe ser repetida en todos los espacios: “No puede haber democracia sin igualdad de género”.

Bogotá, 15 de mayo de 2015

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