EL FIN DEL DINERO EN EFECTIVO Y LA CONSOLIDACIÓN DEL USO DEL DINERO ELECTRÓNICO
Por: Genaldo Rodríguez Barbosa*
Históricamente se registra que el primer sistema de intercambio fue el trueque, que no era otro que el intercambio de unos bienes por otros objetos o por alimentos, animales y hasta por personas en el esclavismo, sistema que fue utilizado en el Imperio Romano para remunerar a los soldados con sal por su trabajo; esta expresión fue la que dio origen a la palabra salario y que corresponde a la definición que hoy usamos para remunerar el trabajo asalariado.
Luego los imperios, las ciudades Estados y los Estados nacionales organizaron sus sistemas económicos monetarios, acuñaron monedas y luego papel moneda y respaldados en el patrón oro, los países crearon sus propios sistemas monetarios. Los más conocidos fueron la libra esterlina en el Reino Unido, el yen de Japón, el yuan de China, el rublo de Rusia, el dólar de Estados Unidos, el marco en Alemania, el franco en Francia entre otros. Estos sistemas, fueron haciéndose cada vez más robustos, en la medida en que la primera Revolución Industrial vigorizó el sistema y lo afianzó en las diferentes sociedades.
Dentro de estas denominaciones también entran los billetes (papel moneda). En sus inicios, los billetes eran certificados sobre la existencia de un depósito de oro en un banco, pero en el siglo XVI se empezaron a usar para saldar deudas y realizar pagos. En 1694, el Banco de Inglaterra emitió los primeros billetes oficiales, mientras que el Banco de San Carlos, antecedente del Banco de España, lanzó su primera emisión de papel moneda en 1783. Aun así, no fue hasta el siglo XIX, con el impulso de la revolución industrial, cuando este medio de pago se arraigó por completo en las distintas sociedades.
Con la conformación de organizaciones internacionales de naciones particularmente, después de la segunda Guerra Mundial, se instituyó un nuevo orden económico mundial y se estableció una moneda divisa para el comercio internacional que fue el dólar, pero luego surgen organizaciones regionales como la Unión Europea que en su proceso de integración adoptó un sistema monetario único para la comunidad, conocido como el Euro que tiene aceptabilidad en todos los países de la Unión Europea, con un Banco Central que crea, administra, regula y pone en circulación la moneda para todos los países miembros, con validez en todos los territorios de la llamada zona Euro (excepto Inglaterra) y así también van desapareciendo algunas monedas como la lira italiana, la peseta española, el franco francés, el marco alemán, el florín húngaro, la corona danesa etc. además de convertirse en alternativa de moneda divisa usada para el comercio Internacional.
También han existido dentro del sistema capitalista, medios de pago como los cheques, los pagarés, las letras de pago, los certificados de depósito a término, las divisas, las acciones y tarjetas de crédito y débito.
Hay que reconocer que la existencia del dinero, su acumulación y su expansión, hubiese sido imposible sin la existencia del sistema capitalista, ya que es el dinero el que facilitó el crecimiento de la riqueza, y la riqueza se convirtió en expresión de poder, el cual ha tenido una fase de expansión a partir de la incorporación de los instrumentos electrónicos de trabajo en las todas las actividades como el computador, el Internet, las tecnologías avanzadas en comunicaciones como las 4G con avance y tránsito ahora hacia las 5G.
Estos avances que le abrieron una nueva fase a la evolución y crecimiento del sistema capitalista mundial en ordenes insospechados, quitando las barreras establecidas por las naciones y dándole características y facilidades de internacionalización, permitiendo así la libre circulación de capitales por todo el planeta, aplicando la conocida frase que dice “El dinero no tiene ni origen ni patria”. Así mismo fue dándole un reconocimiento y visos de legalidad a los paraísos fiscales, a los mecanismos de evasión de impuestos, a las operaciones de lavado de dineros y al contrabando de divisas y a grupos políticos y económicos que acceden al poder a desempeñar cargos y cumplir tareas y expedir normas que faciliten el tránsito de capitales a centros estratégicos del sistema capitalista mundial buscando el beneficio de estos conglomerados con privilegios y posiciones de dominación político-económicas.
Se tiene conocimiento por parte de los organismos internacionales como Naciones Unidas, que en la composición de la masa monetaria que circula hoy en el mundo (monedas, billetes, tarjetas, transferencias, depósitos, fondos monetarios de mercado, títulos de deuda privada y deuda pública, bonos, letras del tesoro y pagarés) una parte proviene de actividades ilícitas como el tráfico de estupefacientes y sustancias prohibidas o narcotráfico, el tráfico de seres humanos y la trata de blancas, la venta de material bélico contrabando, falsificación de medicamentos, tráfico de armas, tráfico ilícito de migrantes, tráfico de recursos naturales, corrupción, extorsión en lo internacional.
También en las actividades locales o regionales se encuentran mafias cuyas actividades ilícitas se concentran en el sicariato, la prostitución, el secuestro, la falsificación de dinero y de documentos, la suplantación, la expropiación, la venta de drogas y estupefacientes, el hurto, el asalto a entidades, vehículos de valores y cajeros automáticos, el contrabando, la evasión de impuestos, los saqueos al tesoro público mediante la contratación, y actividades fraudulentas que son actividades singularmente rentables para el sistema capitalista del mundo donde están incrustadas las organizaciones criminales.
Para borrar o velar su origen espurio permiten el ingreso de estos capitales a la legalidad mediante operaciones realizadas a través de inversiones en actividades productivas, procesos de industrialización, comercio y negocios en actividades inmobiliarias, compra de tierras, inversión en cultivos, compra de autos de lujo, aviones privados y empresas de aviación, cooperativas y organizaciones fantasmas, cuyas operaciones se hacen mediante operaciones en efectivo, subvaloraciones o hipervaloraciones y luego a través del uso de canales del sistema bancario, “lavan el dinero” proveniente de todas estas actividades descritas. Se les ha facilitado su legalización con la combinación y uso de documentos constitutivos de dinero como letras, cheques o pagarés, dinero en forma de billetes y un ejército de funcionarios en las diferentes instancias del Estado y empleados en las empresas privadas que facilitan las operaciones, crediticias, notariales y de registro que permiten dar visos de legalidad a las transacciones. Todo este complicado entramaje en el movimiento de capitales, ha facilitado la realización y ejecución de operaciones delincuenciales que alimentan el sistema, facilitando su operación.
Internacionalmente se han hecho trabajos de investigación, tratando de calcular y estimar el tamaño de capital proveniente de las actividades ilícitas denominada economía a la sombra y en particular llama la atención el realizado por la firma Schneider que para el año 2005 mostraba el resultado de uno de los trabajos sobre las estimaciones del tamaño de esta economía subterránea para 145 países del mundo, obteniendo resultados asombrosos y preocupantes para los latinos donde las estimaciones calculan que el tamaño como porcentaje del PIB (Producto Interno Bruto) para 2002/2003 fue de más del 43%.
Las actividades ilícitas descritas han encontrado una barrera para su actuar al ponerse en marcha sistemas de control de riesgos y de legalidad por los Estados, con la contribución y trabajo de científicos e intelectuales y empresas preocupadas por el actuar criminal en el mundo, quienes han impulsado todo el desarrollo de instrumentos para el manejo del dinero, que buscan garantizar la seguridad, tranquilidad, eficiencia y menores riesgos en las operaciones bancarias y comerciales, al tiempo que permite frenar la disparada corrupción, eliminando los objetos perturbadores del sistema y haciéndolo más confiable seguro y feliz con el uso de los instrumentos monetarios ideados para el siglo XXI.
Las formas dinerarias esencialmente electrónicas deben adecuarse al funcionamiento de la Banca que necesariamente, deben adaptarse y transformarse dentro del concepto de revolución tecnológica, que tendrá la responsabilidad del manejo limpio y transparente de la riqueza de la sociedad y el manejo individual, institucional y empresarial de los recursos por medio de plataformas de pago en línea, el uso y manejo de monedas digitales, como los “bitcoins” (una criptomoneda que hoy funciona también como una red de pagos conocido como bitcoin cash), los sistemas de transferencia de dinero digital denominados “bizum”(Sistema de pago pensado para todos que funciona de una cuenta bancaria a otra y que está integrado en la app de su banco), y están también las plataformas de pago en línea distinguidos como “PayPal” (sistema permite a sus usuarios realizar pagos y transferencias a través de Internet sin compartir la información financiera con el destinatario, con el único requerimiento de que estos dispongan de correo electrónico). Sistemas que deben ser reconocidos, aceptados, y regulados por los países del mundo.
Luego, el futuro del dinero será electrónico y se impondrá el uso universal masivo de la tarjeta electrónica y de la transferencia bancaria para las transacciones que se realizan dentro de la sociedad lo cual implica proveer de cuenta bancaria a cada uno de los habitantes de cada país y a esas cuentas deben enviarse y acreditarse o debitarse. Este sistema puede aplicarse a todos los dineros que las personas pueden recibir Institucionalmente como podría ser la propuesta de implementación del ingreso universal o la renta básica, o los pagos realizados por empleadores, o por negocios, o por el pago de compromisos crediticios u operaciones de comercio interno e internacional y de turismo.
El dinero electrónico es el futuro y el dinero físico dejará de existir; esta estrategia y modalidad de realizar las transacciones monetarias y de intercambio a nivel micro y macro, permitirá realizar con mayor facilidad el control y la fiscalización de operaciones y la realidad será mundo sin dinero en efectivo, reemplazado por las transacciones de pagos virtuales a través del dinero electrónico.
El sistema tiene, entre otras ventajas, combatir la evasión de impuestos, reducir costos de fabricación, almacenamiento, transporte y seguridad de billetes y moneda metálica, poner fin a la destrucción y robo de cajeros automáticos, al asalto de vehículos transportadores de valores y atraco a las personas para obtener por parte de los delincuentes dinero en efectivo. Con las operaciones hechas con dinero electrónico y la implementación de los controles requeridos para el manejo del dinero en el mundo, se crearía realmente una talanquera al lavado de dinero, dado que todas las operaciones y actividades comerciales clandestinas que hoy suceden, provenientes de actividades ilícitas de la coloquialmente llamada “economía subterránea” o del denominado dinero subterráneo desaparecerían estos delitos en buena medida. Entonces, disminuiría la custodia policial a entidades que manejan valores de dinero en efectivo y los procesos judiciales y de fiscalía.
Nos dirigimos a un nuevo orden económico mundial relacionado por mundo sin dinero en efectivo, moviéndose en relaciones económicas por las transacciones virtuales en todas las actividades y operaciones que se realicen en el intercambio comercial de bienes y productos, servicios y demás actividades humanas que impliquen transacciones ponderadas con valores en dinero y las sociedades no pueden ser ajenas a esta realdad o quedarán en la marginalidad.
En todo este proceso de cambio se debe tener en cuenta que dinero es esencial para el funcionamiento de una economía, pero su naturaleza ha variado sustancialmente a través del tiempo el dinero es un tipo de pagaré, que toda la sociedad en el mundo confía en que será aceptado por otras personas a cambio de bienes y servicios.
La mayor parte del dinero de la economía moderna está en forma de depósitos bancarios, que son creados por los bancos comerciales. La mayoría de las personas de todo el mundo usan diariamente alguna forma de dinero para comprar o vender bienes y servicios, para pagar o recibir pagos, o para hacer o saldar contratos. El dinero es esencial para el funcionamiento de una economía moderna y es un pagaré en el que todos confían, el dinero es hoy una forma de deuda, pero una clase especial de deuda que es aceptada como medio de cambio en la economía. Para mostrar un ejemplo en este proceso ya se han desarrollado en el mundo herramientas tecnológicas como los lectores móviles de tarjetas de crédito que usan los comerciantes y operadores que facilitan las transacciones y pagos a través del celular evitando así el uso de dinero en efectivo.
El objeto de este artículo es ir perfilando y ambientando a la sociedad y a los individuos que la componen ir transitando hacia el futuro del manejo del dinero electrónico y la economía en sus diferentes expresiones y manifestaciones para las transacciones de los individuos de las corporaciones, de los estados y del mundo en el intercambio y operaciones de comercio nacional e internacional, utilizando el dinero electrónico como medio para realizar las transacciones y para ello el sistema debe cumplir con tres funciones sustanciales: ser depósito de valor, ser unidad de cuenta, ser medio de cambio.
Referentes bibliográficos:
1. SAVAGE, MADDY: “Cómo Suecia está en camino de convertirse en una economía sin efectivo”, BBC, versión digital, 17 de septiembre de 2017.
2. HISTORIA DEL DINERO, E. Víctor Morgan, Ediciones Istmo, Madrid, 1972.
3. MC PRO: Economía digital: El avance hacia un futuro sin dinero físico. Abril 11 de 2017
4. EL DINERO EN LA ECONOMÍA MODERNA, Revista de Economía Institucional, vol. 17, núm. 33, julio-diciembre, 2015.
5. LA DIMENSIÓN ECONÓMICA DEL LAVADO DE ACTIVOS. DOCUMENTOS UIAF Bogotá D.C. 2014.
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